Historia
Más de medio siglo de lucha por la unidad sin exclusiones
En los años ’60, un creciente sentimiento se multiplicaba en las calles, en los barrios, en el Pueblo. La conciencia política demandaba una alternativa popular, democrática y antiimperialista, que sólo sería viable a través de una expresión unitaria, síntesis del creciente proceso de acumulación de fuerzas.
1962 sería el año testigo de la primera experiencia de unidad de la izquierda. Junto al Partido Comunista, movimientos de izquierda del interior, obreros e intelectuales, militantes provenientes de los partidos Nacional y Colorado, y otras personalidades políticas, protagonizamos la concreción de ese primer anhelo. Aquel 15 de julio, nace el Frente Izquierda de Liberación, y con él se inicia una nueva etapa hacia la unidad de todas las fuerzas de izquierda y auténticamente democráticas.
“Partidos y grupos políticos, que hemos venido luchando por la unidad de izquierdas sin exclusiones, resolvemos dar por constituido un frente de acción política, integrado por los participantes, que deje abierto el camino para la incorporación de todas las fuerzas de izquierda, objetivo por el que luchamos y seguiremos luchando… Esta acción por lograr la unidad política de todos los sectores populares, seguirá siendo el centro de nuestra lucha, pues entendemos que sólo así abriremos el cauce para que la fuerza liberadora del pueblo pueda expresarse antes, en y después de las próximas elecciones.”
La Unidad de los trabajadores organizados
La creciente madurez del movimiento obrero y la necesidad imperiosa de unidad para enfrentar a los enemigos de clase, Congreso del Pueblo mediante, hace su síntesis en la unificación sindical en 1966, con la fundación de la CNT.
Paralelamente, siguiendo su mandato fundacional, el FIdeL promueve la formación de un frente político único, popular y unitario, el cual se constituye junto al Partido Socialista, independientes, dirigentes sindicalistas y universitarios.
En 1966 se produce un hecho histórico: la unificación sindical con la fundación de la CNT.
No alcanzándose aún la unificación de toda la izquierda, el FIdeL se constituye en esa ocasión en la única representación parlamentaria de la izquierda.
La acumulación de fuerzas da sus frutos
La lucha continúa y con ella el proceso de acumulación de fuerzas, logrando finalmente ese anhelo fundacional “la unidad política de todos los sectores populares”. En 1971, con nuestro FIdeL como impulsor y co-fundador, nace el Frente Amplio.
Al decir del entonces presidente del FIdeL, cro. Luis Pedro Bonavita “La lucha será larga pero estamos preparados para alcanzarla”.
.La gran votación del Frente Amplio anuncia un destino inevitable, que esos años de autoritarismo, más casi 12 de dictadura fascista, no pudieron derrotar.
El espíritu unitario del movimiento popular, del cual el FIdeL fue una de sus columnas, mantuvo a la izquierda luchando, siempre junto a las organizaciones populares y democráticas.
En la clandestinidad, desde el exilio, mediante las más diversas e ingeniosas formas de militancia y coordinación, partidos políticos democráticos y organizaciones sociales populares lucharon por recuperar la democracia. No en vano, nuestra 1001 tuvo tantos perseguidos, destituidos, presos, torturados, desaparecidos y asesinados.
La recuperación de la Democracia
Reconquistada la Democracia y con muchos de nuestros compañeros proscriptos, el FIdeL participa en la lista 10001, expresión electoral de Democracia Avanzada.
Luego del año 1985, tocó al Frente Amplio vivir momentos críticos, y estuvimos nuevamente en primera línea de defensa de la Unidad. Llegamos a 1989, donde por primera vez se plantea incluir compañeros de sectores políticos como candidatos generales. Sin vacilaciones ni mezquindades, se apoyó inmediatamente la candidatura a la IMM del compañero Tabaré Vázquez. El trabajo unitario fue reconocido por el Pueblo con una formidable votación para la lista 1001. En las sucesivas elecciones, el Frente Izquierda mantuvo su representación parlamentaria.
Vocación unitaria y frenteamplista
Durante todos estos años, el FIdeL se caracterizó y es así reconocido, por su esfuerzo y dedicación al fortalecimiento de la Unidad de la fuerza política. Fomentando el análisis, la autocrítica y la discusión fraterna, promovemos siempre la profundización de los cambios, por mayor justicia social.
Como fuerza fundacional, conmemorando en 2012 medio siglo de activa existencia, lucha y defensa de la Democracia, por la Libertad, y por la felicidad de nuestro Pueblo, convocamos a homenajear tan rica historia, reafirmando aquel espíritu que –por encima de diferencias- unió a las fuerzas de izquierda en pos de cambios profundos, y a conservar el apoyo y la confianza en este proyecto en construcción permanente, sobre la base de la participación.
En el contexto internacional, sumamos nuestro mayor esfuerzo en la lucha por la Paz, el derecho a la autodeterminación de los pueblos y el respeto a su soberanía.
Hoy, cumpliendo 55 años de historia política, renovamos nuestro compromiso con la defensa de la Unidad, y con los principios y valores históricos de la izquierda, por la construcción de una sociedad justa e igualitaria, adecuándonos a los nuevos tiempos, sin perder aquel espíritu revolucionario. Por el Socialismo, por la felicidad de todos los uruguayos, sin exclusiones.